sábado, 17 de mayo de 2014

Escuela de Summerhill - Silvia Fuentes Brihuega

summerhill.jpgESCUELA DE SUMMERHILL



Summerhill es una escuela fundada en 1921 por Alexander Sutherland Neill. en la aldea de Leiston, en Suffolk, Inglaterra, a unos 160 kilómetros de Londres. Es una de las pioneras dentro del movimiento de las Escuelas democráticas. Atiende a niños de educación primaria y secundaria. Actualmente la directora es la hija de A.S. Neill, Zoë Neill Readhead.

Alexander Sutherland Neill (17 de octubre de 1883 – 23 de septiembre de 1973) fue un educador progresista escocés, artífice y fundador de la Escuela de Summerhill, considerado uno de los centros pioneros de la educación en libertad. Su descontento con la pedagogía convencional oficial británica le llevaría hasta Alemania en 1921, donde desarrolló los métodos que, tras su regreso a Inglaterra, dieron carácter a la Escuela de Summerhill, que tras innumerables vicisitudes a lo largo de tres cuartos de siglo, fue finalmente reconocida por la Ofsted inglesa en 2007 y, poco después, premiada por las Naciones Unidas por su excepcional tratamiento de los niños.
En “Summerhill” se desarrolla una educación basada en los siguientes principios pedagógicos que Neill defendió en sus obras: firme convicción en la bondad natural de los seres humanos, la felicidad como máxima aspiración de la educación, el amor y el respeto como bases de la convivencia, la importancia de la corporalidad y la sexualidad. A partir de estos principios que se relacionan con el pensamiento de Rousseau y Wilhelm Reich, la escuela funciona con unas características especiales que la diferencian de las escuelas convencionales. Entre ellas destacan: la ausencia de exámenes y calificaciones, la asistencia no obligatoria a las clases, la asamblea como órgano de gestión, la ausencia de reprimendas y sermones, y el trato igualitario entre niños y adultos.
Neill establece que la principal meta de una escuela debe ser auxiliar a sus alumnos para que estos sean capaces de encontrar la felicidad propia y es por eso que propone un modelo muy diferente al de las escuelas tradicionales. Para que una persona sea feliz necesita primero ser libre para escoger su propio camino, es por eso que renuncia a cualquier tipo de autoridad moral o jerárquica y jerarquía. En esa escuela todas las reglas de convivencia y soluciones a los problemas que surgen en el día a día son resueltas en una asamblea que ocurre semanalmente, donde cada persona sea alumno, profesor o funcionario, tiene derecho a hablar y votar, manteniéndose el principio de que todos los votos valen lo mismo. Las normas de la escuela son construidas entre todos, todos se sienten parte del colectivo y se empeñan en mejorarlo. Summerhill se destaca por defender que los niños aprenden mejor libres de los instrumentos de coerción y represión usados por la mayoría de las escuelas. Todas sus aulas son opcionales, los alumnos pueden escoger las que desean frecuentar y las que no desean. Neill fundó la escuela con el convencimiento de que "un niño debe vivir su propia vida, no una vida que sus padres quieran que viva, no una vida decidida por un educador que supone saber lo que es mejor para el niño". Por lo tanto, en su pedagogía no se marca de manera estricta un camino o modelo concreto a los niños. Es necesario procurar que se auto-determinen  sin coacción ni miedos y que escojan la forma de vida que los haga más felices. El adulto debe evitar proyectar en los pequeños sus anhelos y frustraciones para conseguir este objetivo. Aunque se ofrecen clases y talleres de todo tipo, Summerhill es sobre todo una comunidad antes que una escuela. El auténtico aprendizaje se da en la convivencia de chicos y chicas, el autogobierno y el ejercicio de la responsabilidad. Gracias a una interacción respetuosa con los demás, los chicos aprenden a vivir en sociedad. Además, destaca la importancia dada al juego y las actividades artísticas y creativas, como el teatro o la danza. Frente a esto los libros pasan a un segundo lugar en la educación.
Pienso que la metodología de esta escuela es una buena forma de educar, puesto que como he dicho antes, no trata de que aprendan conocimientos sin más, sino educarlos como seres humanos, como individuos que sepan enfrentarse ante distintos problemas que le surjan en la vida, o que sepan tomar decisiones que se le presenten, es decir, educarles como lo que son, miembros de una sociedad, porque antes de ser médicos, profesores, jardineros, somos personas. Dejan que los niños aprendan con lo que más le motive, que tengan libertad  ante la elección de asignaturas o sobre lo que les cause curiosidad, no imponiéndole que aprenda cosas que no le gusten, lo que puede hacer que le lleve al fracaso escolar, como ocurre con la educación tradicional que defiende y estimula la represión de los instintos y de las voluntades de la infancia, lo cual sale a florecer en la vida adulta.

BIBLIOGRAFÍA

Propios conocimientos y opinión personal.


Silvia Fuentes Brihuega

No hay comentarios:

Publicar un comentario