Iván Illich piensa que la escolaridad no es beneficiosa y
corrompe la educación. Por ello quería promover un nuevo modelo de educación.
Como el modelo que estaba implantado era un modelo que se
basa en las notas, títulos… más que en realidad enseñar a los niños a pensar y
reflexionar sobre las cosas que se enseñan y dándole sentido a la mera teoría.
También creía que en la escuela había desigualdades, lo
que imposibilitaba el crecimiento en los conocimientos y pocas expectativas de
futuro, en las personas más desfavorecidas económicamente.
En su idea de descolarización, tenía en cuenta los
contextos que rodean a la escuela: económico, social, y político.
Teniendo en cuenta estos contextos y el momento donde
Iván Illich propone estas ideas, quería radicar con el pensamiento de la
escuela como plena mercancía de conocimientos y que no iba más allá, dejando al
hombre sin desarrollarse de la manera más integral pasando por todos sus fases,
de niño a adolescente, a adulto, y a la madurez.
Otra critica que le hacía al modelo de escuela, era la excesiva programación de todo, horarios, obligatoriedad de asistencia… Creía que el hombre aprendía más fuera de la escuela según sus valores e intereses.
Otra critica que le hacía al modelo de escuela, era la excesiva programación de todo, horarios, obligatoriedad de asistencia… Creía que el hombre aprendía más fuera de la escuela según sus valores e intereses.
En su modelo creía que el hombre podría ser más
autodidacta, y aprender de los ambientes que le rodeasen. De esta manera el
hombre se sentiría más motivado en lo que estuviera haciendo y aprendiendo, no
dejando su aprendizaje en manos de otros.
La motivación es muy importante y muchos niños ven la
escuela como una prisión, en la que se realizan trabajos para obtener una
recompensa, que lamentablemente es una nota o un título, sin tener en cuenta
los conocimientos adquiridos y las habilidades que se vayan desarrollando.
Concluyo diciendo que el modelo
que propone Iván Illich, es un buen método pero poniendo algunos límites, y no
en los niños, sino en cuestiones más organizativas como tiempos, o espacios.
Teniendo esa idea más autodidacta, no existiría la escuela, quizás solo
personas trabajando un poco de guía en su proceso de aprendizaje y la educación
no sería “igualitaria” para todos.
Iván Illich: “Casi todos
debemos nuestro conocimiento de la realidad, nuestra comprensión de la vida y
del trabajo, a una amistad o amor, a la televisión o a una lectura, al ejemplo
y al estímulo de nuestros semejantes”.
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