García Hoz propuso la
educación personalizada. En ella explica que es la que atiende a una amplia
gama de aspectos, teniendo en cuenta lo que tienen en común con otras personas
y lo que cada uno tiene.
Se basa en las necesidades
humanas y en aspectos de la vida en sociedad, ya que nosotros estamos
destinados a estar en un continuo proceso de socialización. Como docentes,
tendremos que estimular a cada niño para que vaya adquiriendo autonomía y
desarrollando la capacidad de libertad para elegir en su vida y conseguir una
formación integral.
Fomenta la participación de
los profesores, alumnos y familias en el centro. Esto se asemeja a lo que
quieren conseguir los centros educativos, una cooperación entre familia y
escuela. Esta cooperación también sirve para desarrollar las tres partes un
pensamiento más allá de la realidad, un pensamiento crítico de toda la
información de la que disponemos hoy en día. Con esto, nuestros alumnos serán
capaces de diferenciar la verdad de la que no lo es y serán más fuertes a la
hora de que intenten manipular sus ideas.
Por lo tanto lo que hace el
docente en este tipo de educación es potenciar las capacidades del alumno de
forma individual y social, teniendo en cuenta los aspectos dichos
anteriormente. Al ser así, se tiene muy en cuenta la integridad de la persona más
allá de géneros, razas, culturas…
García Hoz destaca cuatro
aspectos que deben darse en esta tipo de educación: la singularidad, la
apertura, la autonomía y la unidad.
Teniendo en cuenta esto
tendremos una escuela activa, crítica, promotora de la libertad de expresión,
democrática e integradora.
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